(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 05 DE JULIO, 2018-JOSEEDUARDOMORA.COM). Pensar con claridad es imprescindible para escribir bien. Este es un paso que a menudo se pasa por alto y es el primer gran error en que se incurre cuando se escribe un texto.
Para saber qué vamos a decir, cómo lo vamos a decir e incluso tener una noción de la extensión de lo que se va a escribir, es indispensable hacer un esquema mental.
Para ello es de gran relevancia conocer a profundidad del tema del que vamos a escribir. Si se desconoce de qué se va a escribir, es muy probable que se den vueltas, rodeos, haya ambigüedades y zonas oscuras en el texto. Por lo tanto, si no se tiene suficiente información del asunto a tratar, es preciso ahondar en el tema para luego ahorrar tiempo.
Aprender a generar esquemas mentales para escribir requiere de mucha práctica, altas cuotas de paciencia y, sobre todo, lanzarse a la piscina, es decir, tomar lápiz y papel, luego de haber atendido a los puntos indicados, y cumplir con la tarea encomendada.
Escritores famosos como Gabriel García Márquez o Ernest Hemingway, para citar solo a dos, reiteraron a lo largo de sus vidas la necesidad de contar con un cesto de papeles amplio, para escribir, corregir, botar, escribir y volver de nuevo a la faena.
Para conseguir el esquema mental hay que desarrollar una técnica que solo da la práctica, porque sin ella simplemente nos quedamos en la teoría y si se trata de escribir lo más relevante es asumir el riesgo de poner en blanco y negro lo que se procura comunicar.
Así como los deportistas profesionales o los músicos se ejercitan horas y horas para estar en forma plena, tanto mental como físicamente, quien escribe debe ejercitar el principal músculo del que dispone: su cerebro. Para ello, aunque es una referencia que se ha hecho tantas veces, la lectura es una de las grandes herramientas para aprender y mejorar la escritura.
Escritura y lectura, lo veremos a lo largo de este manual, son las caras de una misma moneda y no puede concebirse una sin la otra.
Al principio, hay que advertir al escritor, resultará harto difícil dar con la estructura, las palabras precisas, la sintaxis, el tono e incluso la puntuación adecuadas, pero a lo largo de la historia se ha demostrado que el método sustentado en mucha práctica permite desarrollar una estructura mental que hace la diferencia.
Pensar con claridad: sí, este es el primer paso hacia una escritura clara, concisa y eficaz, que es la que le permite a la empresa y al profesional independiente, disponer de la mejor herramienta para la comunicación escrita: el lenguaje.