(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 04 DE NOVIEMBRE, 2017). El mito de la página en blanco entre los escritores da para escribir un voluminoso libro de más de un millar de páginas.
Incluso algunos escritores famosos acuden a él más que por una realidad, por una especie de pose, para darle a la escritura esa condición de inalcanzable.
Escribir es uno de los oficios o artes más complicados que exista. Es tremendamente complejo escribir un texto, sea este extenso o corto, y si se habla de ficción el tema se vuelve todavía más desafiante.
Dicho lo anterior, hay que pasar a la otra orilla y darse cuenta de algo que parece elemental y no lo es: a escribir solo se aprende escribiendo.
La frase suena mal desde el punto de vista eufónico y parece una aspiración de ingeniosidad tonta, pero es que dicha así, como si fuera un trabalenguas, recoge una verdad cimera.
Hay que perderle el miedo a la página en blanco y dejarse llevar por la necesidad de escribir lo que el inconsciente empuja desde adentro. Luego vendrán otros procesos determinantes y a la vez complejos, como el de cortar, eliminar, agregar. Es decir, el de la edición. U otro más difícil: desechar por completo lo escrito.
Escribir sí, es muy, muy complejo, pero la resistencia se vence solo escribiendo. Hay, por lo tanto, que perderle el miedo a la página en blanco.